Cuando gestionamos equipos, la figura del líder aparece como una posición que motiva, moviliza, avanza, obtiene resultados e incluso, hace de bisagra entre la organización y las personas que la componen.Nadie dijo que fuera fácil desempeñar el rol de líder y, sin duda, durante la situación de pandemia  ha asumido una función vital  como es la de mantener el timón del barco frente a la tormenta.

 

¿Cuál es la energía actual de las personas que lideran un proyecto y/o un equipo? Escasa. Y es escasa por varias razones: el tener que modificar formas de hacer las cosas en un tiempo récord, el tomar decisiones orientadas a salvar la situación y gestionar  las demandas por parte del equipo, lo cual ha implicado abordar las circunstancias con una alta inteligencia emocional.

 

No obstante, quizás en algunas ocasiones nos hemos olvidado de que ya hemos pasado el momento más crítico y es hora de que las cosas vuelvan a su cauce. No al de antes, si no al adecuado en esta nueva situación.

 

Si queremos recuperar nuestra energía como líderes, es necesario que dejemos de lado los mitos y volvamos a la realidad. Un mito es, según la RAE, una historia imaginaria que altera las verdaderas cualidades de una persona y le da más valor del que tiene en realidad. Si, dadas las circunstancias, hemos comprado algunos mitos es probable que estemos invirtiendo más energía de la que debamos. Es más: es probable que estemos ocupando espacio que nuestros equipos están reclamando.

 

Veamos tres mitos de un buen líder:

  • No tengo tiempo para mejorar. La agenda de un líder es apretada y, si no buscamos el hueco, el parar, analizar y aprender cosas nuevas probablemente no va a ser una prioridad. La mala noticia, es que el mundo volátil y cambiante en el vivimos nos obliga a mantener una postura proactiva en el aprendizaje si queremos ir adaptándonos a las nuevas situaciones que se nos presentan. Tú eliges: vivir apagando fuegos o gestionar las situaciones anticipándote a ellas.

 

  • Tengo que estar informado de todo. Las reuniones con el teletrabajo se multiplicaron por cinco. Era importante tener contacto con el equipo y, al principio, saber cómo se estaban gestionando los temas. No obstante, a menudo las personas advierten que el micromanagement de ese inicio se ha mantenido en el tiempo, perdiendo capacidad de toma de decisiones. No todas las personas del equipo precisan el mismo seguimiento y, en muchas de ellas, puedes delegar con eficacia. Ganarás tiempo y motivación por parte del equipo.

 

  • Decir no es malo. Una situación de crisis genera una demanda extraordinaria. En el caso del líder generó una demanda por parte de la organización: “hay que salvar esta crisis” y una demanda por parte del equipo: “ hay que informar, gestionar al equipo y mantenerlo motivado”. Por descontado que esa función bisagra es parte de las reglas del juego. Ahora bien, no podemos prolongar un momento extraordinario durante dos años. Como dice el refrán: “ no hay mal que 100 años dure” y añadiría: “ ni cuerpo que lo aguante”.

Por lo tanto, despójate de la capa de Superman o Superwoman y avanza hacia otra realidad, honrando lo que has hecho y valorando, sobre todo, que eres humano/a.

 

Si no sabes cómo hacerlo solo/a, ¡no dudes en contactarme!

 

 

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